La mujer estaba tumbada en la cama del hospital, a su
alrededor solo tenía a sus dos hijos y un montón de cables que sujetaban su
vida peligrosamente.
-No lo sé, yo solo quería, solo quería comprarle algo,
desde que murió padre no es la misma -dijo el chico.
-Iván, desde que murió padre ya nadie es igual.
-Lo sé...Te-te dejo sola Lucía, me voy a dar un vuelta
por el hospital... necesito despejarme.- aclaró y dejó a su hermana sola con su madre. Al salir de
la habitación sintió un impulso de echar a correr, correr y no parar nunca. No obstante,
retuvo aquel impulso pegándole un puñetazo a la pared. Una enfermera lo vio y
se acercó para ver si se había hecho daño, el chico negó con la cabeza y se
separó de ella violentamente.
Llorando y a paso acelerado se disponía a salir de hospital,
cuando de repente algo de estatura menor chocó con él.
-¡Eh!- se quejó la pequeña chica, Iván que medía 1´90 tuvo que mirar hacia abajo para ver con
que había chocado, pedirle perdón y salir de allí cuanto antes, pero sus
pensamientos se detuvieron en cuanto sus ojos se encontraron con los de la
chica que fruncía el ceño, haciendo así su belleza mayor. La chica era delgada,
sus ojos eran verdes esmeralda, sus cabellos de un castaño pálido y no debía de
medir más de 1´60. Iván no salía de su asombro mientras la pequeña chica le
regañaba y escupía palabras.- ¿Entendido?
-Eh ¿cómo? Esto, sí, creo...-respondió el chico pasándose
una mano por los castaños cabellos.
-Dime cómo te llamas.
-¿Perdona?
-Tu nombre, estoy preguntando por tu nombre. Por lo menos
dímelo ya que no me pides disculpas ¿no?
-¡Ah!, lo siento, me llamo Iván ¿y tu nombre? ¿Se te está
permitido decírmelo?
-Laura.-respondió la chica- tengo la sensación de que hoy
no será la primera vez que nos veamos ¿verdad? ¿Familiar?
-Si... ¿cómo lo has sabido?
-Mira, Iván. Cuando llevas tanto tiempo en un hospital es fácil diferenciar. A ver,
gorra de Monster, camiseta de DC
hasta la rodilla, zapas y los vaqueros que te llegan hasta los pies. Eres todo
un rebelde ¿me equivoco?
-¿Eres adivina, acaso?-dijo el chico con una sonrisa.
-Tengo fama de eso.-otra sonrisa.- Me has caído bien, te
voy a contar una cosa. ¿Sabes guardar
secretos?
-Si, claro.
-Mañana a las 5 de la mañana busca en recepción a una persona
llamada Fabían Romero y pregúntale por Valeria Díaz. El te dirá el secreto- dijo
la chica, le quiño un ojo sonriente y se dio media vuelta hacia su habitación.
Iván sonrió. Le había caído bien y por alguna razón haría
lo que ella le decía. Aunque por lo que vestía – un pijama blanco- diría que
vivía en aquel hospital. El chico se colocó bien la gorra, ahora no podía
pensar en la chica, debía solucionar unos problemas. Unos problemas que solo se
podían solucionar a puños.
El chico subió las escaleras a toda prisa, en cuanto
encontrara a ese chico de seguro que le rompería todos y cada uno de su dientes. Como le ocurriría mandar al tacaño
de Marco a la entrega. Ese adicto estaría
pinchándose en ese momento. El chico abrió de un golpe la puerta y se paró en
busca de Marco. Lucas se acercó con el cigarrillo aún en la boca y le preguntó:
-¿Qué pasa colega? ¿A quién buscas con tanta prisa?
-A quien va a ser a ese gilipollas de Marco- respondió y
se movió por toda las habitaciones del piso 230 de aquel abandonado edificio-
¿DÓNDE ESTA ESE MALDITO CABRÓN?
-Tranqui hermano... se fue con Rocío a aquella discoteca
tan rechulona. ¿Pero que te ha hecho
esta vez Marco?
-¿Que ha hecho?, ¡no le ha entregado la droga al
francesito y ahora por su culpa mi madre está en el hospital con una bala en el
corazón!
-¿Tu vieja? La ostia, tío yo te acompaño, si le pasara
algo a la mía por algo así haría lo mismo que tu.
-Gracias, tío.
-Déjate de agradecimientos, tenemos que buscar a Marco. La
música sonaba a todo volumen, aquella discoteca era una de las más modernas de
la ciudad y cara además. Marco estaba al lado de Rocío y ambos no paraban de
comerse la boca. Iván que los había encontrado ya se dirigió a por Marco a toda
prisa.
-Me dais asco-dijo Iván con Lucas apoyándole una mano en
el hombro para retenerlo.
-Y a ti que te pasa ahora ¿imbécil?-preguntó Marco pasándole
un brazo por el hombro de la morena.
-¿Que que me pasa? ¡ME PASA QUE NO HAS ENTREGADO EL
TRABAJO!
-Eyy... Lucas podrías decirle a tu pequeña fierecilla que
se tranquilizase ¿no?
-Cállate, Marco. ¿Donde está la droga?- le preguntó
Lucas.
-Ainss -dijo el chico y sacó su cartera llena de billetes,
entre ellos un papelito blanco que tenía una dirección y se la dio a Lucas.- Están
en esta dirección.
Iván se acercó a él y le propinó un puñetazo en la cara.
Las chicas de su alrededor se quejaron pero Iván hizo caso omiso y salió de la
discoteca con Lucas a su lado. El chico
le dio la dirección, Iván lo cogió y se la guardó en el bolsillo.
La chica se levantó perezosa y miró a su reloj. “¡Las
cinco!”, pensó y salió de un salto de la cama y se dirigió corriendo hacia el
ala este. Mientras corría se peinó con los dedos el pelo castaño y se quitó las
legañas.
Varias enfermeras la regañaron pero ella hizo caso omiso
llegaba tarde. Aunque verdaderamente no sabía si vendría. Tenía una corazonada.
Si, él vendría.
En recepción Cassandre recibió a un chico, era apuesto.
Su cabello castaño oscuro, sus ojos miel,
altísimo y una sonrisa, que era para morirse. Qué pena que no tuviera la edad
suficiente. El chico después de preguntarle por Fabían se dirigió en su búsqueda.
Iván pegó en la habitación 13 y una voz ronca y masculina le dio paso. Un
hombre mayor de unos 70 años estaba tumbado en la cama mirando con una sonrisa
a la ventana.
-Ella me dijo que vendrías.
-¿Cómo?-preguntó con asombro el chico.
-Nada, no se preocupe. ¿A qué viene joven caballero?
-Pregunto por Valeria Díaz.
El hombre soltó una carcajada e Iván empezó a
preguntarse si aquel anciano no estaría
loco.
-Así que no te dijo su verdadero nombre-dijo y soltó otra
carcajada- Esa chica... Bueno, la estas buscando, ¿no? ¿Qué nombre dio esta
vez?
-¿Quién? ¿Laura?
-Aaaah... Laura -dijo y sonrió- Muchacho, ve al ala
este y sube por la escaleras de
emergencia , llegarás a un tramo en el que tendrás que elegir derecha o
izquierda, elige izquierda y de ahí todo hacia arriba. Allí está el secreto.
El chico asintió un poco desconcertado, Fabián le sonrió.
Iván hizo caso de todas las indicaciones y de pronto se encontró con una enorme
puerta de acero. El chico tuvo que hacer un poco de fuerza para abrirla y en
cuanto lo hizo... Allí estaba con su mismo pijama y con los cabellos al vuelo.
-Creía que no llevarías a tiempo, deberían empezar a
salir ya...-dijo la chica, entonces desde
horizonte se divisó unos rayos de luz. Estaba amaneciendo.
-Es precioso...
La chica rió ante el comentario, se acercó a él y le tocó
la nariz como si fuera un pulsador (con sonido incluido).
-Ese comentario no queda muy bien en boca de un chico
¿sabes?
-¿Y debo suponer que en tu boca si?
-Ajá- respondió y se dio media vuelta para ver el sol.-
Es precioso...
Iván sonrió y la abrazó por detrás y dijo:
-Sí, es verdad en tu boca suena mejor.
-¿Ves? Yo tenía razón
-Creída -dijo el chico con una sonrisa- Por cierto, ¿cómo
es que no me dijiste tu nombre real?
-¿Cómo quieres que me fié de un desconocido.-¡AH! Así que
yo te digo mi nombre con toda la confianza del mundo y tu vas y me mientes-dijo
mientras le daba la vuelta a la chica con una sonrisa.
-Que quieres que te diga, fuiste tú quien chocó conmigo.
-Pequeña mentirosa -dijo Iván y empezó a hacerle cosquillas a la pequeña chica. Valeria le
suplicaba que parara entre risas pero él siguió hasta que cayeron juntos al
suelo. Ambos se quedaron totalmente quietos.
Iván se acercó a ella y Valeria cerró los ojos. El chico
se acercó más y la besó, suavemente. Luego a su mejilla, a su cuello... Y
empezó a desbrochar el pijama. Pero la chica lo detuvo con la mano. El chico la
miró y ella dijo:
-Iván... no puedes... hacerlo conmigo...
-¿Porque no puedo?
-Porque... el lunes voy a morir. Me lo dijeron los
médicos anoche. Dicen que a mi corazón no le queda mucho tiempo. Por eso no
quiero que mal gastes tus besos con alguien como yo.
-No los mal gasto. Escúchame Valeria, yo te amo. Lo de
ayer fue amor a primera vista.
-Pero...-dijo la chica pero Iván la calló con un beso.
-¡Pero nada! Escúchame bien, ¡YO TE DARÉ UN BESO POR CADA
ESTRELLA QUE NAZCA EN EL CIELO! ¿Entendido?
-Estás loco -dijo ella con una sonrisa.
-Lo sé y te prometo que no te librarás tan fácil de mí,
estaremos toda una eternidad juntos-dijo el chico.
-Y ¿cómo lo harás?-preguntó la chica curiosa.
-Ya lo verás-dijo y siguió besándola en cada una de sus
partes entregadas solamente y únicamente a él.
Eran las nueve de la noche había pasado todo el día con la chica que más
amaba en el mundo y estaba realmente feliz. El chico salió del hospital y le sonrió
al cielo negro ya. Giró a la derecha para dirigirse ya a su casa cuando un
chico rubio se colocó delante de él y le sonrió. “La droga...”, pensó y el
chico rubio sacó una pistola.
-Últimas palabras...
-Vale//-dijo pero le interrumpió el balazo en el corazón.
Valeria se enteró de la noticia el lunes y al hacerlo
sonrió. “Maldito seas Iván... Claro que estaremos una eternidad juntos, en el
cielo”, pensó Valeria y murió.
~Creado por: Trinafive
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