Si, si, si... así está TinkerBell ahora mismo, pero no es Peter Pan quien las golpea en el culo, sino blogger. ¡Blogger me ha declarado la guerra a sangre fría! Pero algo que no sabe Blogger es que yo soy más lista que él y se salirme con la mía.
Las votaciones para el concurso han vuelto a cero ¡otra vez! Así que paso a otro método para elegir un ganador de una vez por todas.
Os pido disculpas por enésima vez... sobre todo a las concursantes que se animaron a participar y enviaron sus microrelatos a tiempo. Es el primer concurso del blog y no voy a permitir que estos retrasos vuelvan a ocurrir, lo quiera o no esto me sirve como experiencia.
He decidido hacer las votaciones mediante un formulario que funcionará como urna de papeletas. La fecha límite continúa siendo el día 8/11 a las 23:59. Así podré organizar el tiempo para enviar los premios sin más retraso.
Os pido que volváis a votar en el formulario, que también encontraréis en la parte derecha del blog bajo la imagen del concurso.
Aquí os los microrelatos por si queréis echarles un vistazo:
Muchas gracias a todos y perdón por las molestias
Me estoy leyendo el cuento de Momo, la niña que mejor sabía escuchar. Me está gustando muchísimo, por las historias y la ternura que desprende. Espero poder hacer la reseña muy pronto.
El un libro con muchas reflexiones y muy fácil de leer, por su condición de cuento... con pensamientos y críticas muy profundas sobre la vida y lo importante que es escuchar, algo que muy pocas personas saben hacer.
Os dejo una reflexión que me ha hecho pensar un buen rato. Habla uno de los mejores amigos de Momo, un viejo barrendero llamado Beppo Barrendero, muy reflexivo hasta en las contestaciones que da a las personas que le preguntan. Cuando barre se fija en muchas cosas y piensa mucho, y siempre lo hace igual: paso-inspiración-barrida, paso-inspiración-barrida.
Espero que os haga pensar a vosotros también:
"-Ves, Momo -le decía. por ejemplo-, las cosas son así: a veces uno tiene ante sí una calle larguísima. Uno cree que es tan terriblemente larga que nunca podrá acabarla.
[...] -Y entonces se empieza a dar prisa. Y cada vez se da más prisa. Cada vez que uno levanta la vista, ve que la calle no se hace más corta. Y se esfuerza más todavía, empieza a tener miedo, al final está sin aliento. Y la calle sigue estando por delante. Así no se debe hacer.
[...] -Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez, ¿entiendes? Solo hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Nunca nada más que lo siguiente.
[...] -Entonces es divertido; eso es importante, porque entonces se hace bien la tarea. Y así ha de ser.
[...] -De repente uno se da cuenta de que, paso a paso, ha barrido toda la calle. Uno no se da cuenta de cómo ha sido, y no está sin aliento."
Es increíble lo mucho que me gusta leer esta reflexión. Y es que tiene mucha razón. Las cosas haciéndolas despacio se hacen mejor, no se pierde el tiempo haciéndolas, se disfruta. Tengo que aprender más cosas como esta y ponerlas en práctica, es algo que ayuda a relajarse y no perder los nervios con cualquier cosa... así que paso-inspiración-barrida, paso-inspiración-barrida... es algo que mucha gente debería aprender, ¿no creéis?
Besos a todos!
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