La verdad verdadera (relato)

Hello, everybody!! Hoy seguramente nos acordaremos de cuando éramos pequeños y nos costaba dormirnos, esperando la llegada de tres hombres mágicos que entraban en casa, se comían lo que les dejábamos en el salón y nos dejaban regalos bajo el árbol. ¿Os acordáis?

♫ Ya vienen los Reyes Magos, ya vienen los Reyes Magos, 

caminito de Belén ♪

Y es que en un día como hoy, todo es nostalgia y alegría para los más niños de la familia.

Aprovechando este lunes, me gustaría enseñaros un relato que ha escrito mi madre acerca de los Reyes Magos. Ahora es ella la que está yendo a un taller literario en vez de yo, así que es ella la que más escribe en casa.

Supongo que todos los que leeis esto tenéis la edad suficiente y ya conocéis la "verdad verdadera". Todos hemos tenido ese momento en que ya sea por nuestros padres, primos, hermanos o amigos, sea por quien sea, nos hemos enterado del secreto que se esconde tras los Reyes Magos.

Y si no os habéis dado cuenta aún, ¿qué hacéis dando vueltas por internet, eh? 

De todas formas, me gustaría compartir este relato escrito por mi madre con vosotros.

- LA VERDAD VERDADERA -

Queridos papá y mamá:

No os extrañéis de que este año os escriba a vosotros en vez de a los Reyes Magos, pero es que ahora ya sé toda la verdad. Me la ha contado un o una confidente, da igual, porque no os voy a decir su nombre, porque se lo he prometido. Pero aunque sepáis quién ha sido, no os enfadéis con él o ella, yo es que ya casi lo sabía también, por eso se lo pregunté.

También quiero que sepáis que os quiero un poco más ahora, si es que se puede querer más todavía de lo que ya os quiero, porque me habéis comprado los regalos vosotros con el poco dinero que tenemos. Tú no tienes trabajo, papá, y tú, mamá, ganas poquísimo donde la señora Flora. Y yo no hacía nada más que pedir todo lo que me gustaba ¡Y era una barbaridad!

Pero claro, es que mi amiga Daniela y mi amiga Charo, pedían tanto como yo y se lo traían siempre todo. Pues yo pensaba que como también sacaba mejores notas que ellas en el colegio, y me comportaba también muy bien, aunque algunas veces me tenéis que regañar porque soy un poco desobediente, y eso, pues yo pensaba que deberían traerme las mismas cosas ¿o no? Y luego, pues no es así, a ellas siempre las traían mucho más.

Y lo peor de todo era lo de Carolina, porque ésa sí que es un bicho, como tú dices, mamá, y no te gusta que me junte con ella porque siempre está de peleas. Pues a ella es a la que más cosas traían, y luego llegaba al parque enseñándonos todos sus juguetes, y chinchándonos a todas.

Eso a mí no me parecía justo, y me enfadaba por lo bajino, pero a vosotros no os decía nada, porque con quien me enfadaba era con los Reyes Magos, que le traían más cosas a Carolina que a mí, con lo mal que se portaba. Pero ahora sé que se lo compraban sus padres todo porque están forraos, como tú dices siempre, mamá.

Mi confidente me ha contado que los Reyes Magos llevan muchísimos años muertos, y que sólo llevaron regalos al niño Jesús y a sus padres, pero que luego no fueron llevando por ahí regalos a los otros niños ni nada de eso.

Ya me parecía a mí muy raro que si los Reyes Magos llegan a todas partes, por qué por la tele pedían juguetes para los niños pobres de otros países, ¿es que los Reyes no tenían la magia para ir hasta allí, o es que les daba miedo ir porque estaban siempre en guerra, y los podían matar?

Como ya sé la verdad verdadera, este año sólo os quiero pedir la Monster High Catrine Demew. Y si podéis comprar un balón y una muñequita, para que los podamos donar para los niños más pobres, y los llevemos juntos a la asociación.

Gracias papis, de vuestra hija.

¡Y esto es todo! Espero que os haya gustado este relato tanto como a mí. 

Besos y...

¡HAKUNA MATATA!