Historia de amor de una gatita 3

_~ Capítulo 3 ~_

Verde: Betsabé.
Azul: Hitsugaya.
Morado: Dark.

Advertencia: escena un poco "subidita de tono". Lo digo por no traumatizar a nadie ni nada parecido.

Pero no pudo huir del trabajo de tecnología. Hitsugaya se presentó en su casa, una tarde que estaba ella sola.
Se fueron a su habitación y empezaron a hacer el trabajo sin decir nada.
Mientras ella escribía, Hitsugaya la miraba, sentado a su lado, de cerca. Betsabé le miró sintiendose incómoda.
- ¿Qué pasa?
- Nada, sigue escribiendo.
Pero él siguió mirándola y cada vez le sentía más y más cerca. La apartó el pelo y cuando Betsabé se giró la besó en los labios.
Fue un beso muy dulce y cuando se acabó ambos sintieron que querían más.
Ella soltó el bolígrafo y le abrazó.
Un calor insoportable inundó la habitación.
- Hitsugaya...
- Llámame Shiro, gatita.
De repente llamaron al telefonillo, y Betsabé fue a abrir.
- No era nada más que el cartero -dijo mientras volvía a la habitación. Pero Shiro no estaba.
Entonces algo la agarró por detrás y la tiró en la cama.
- ¿Qué haces, Shiro?
Y vio que se había quitado la camiseta, que estaba tirada en mitad del suelo, y se quedó atonita con sus bien marcados abdominales.
- Ya no aguanto más, esto es algo que no puedo contener... -dijo. Y la empezó a besar con mucha más pasión que antes.
Betsabé ya no pensaba en Dark, sólo existía Hitsugaya.
Poco a poco se fueron quitando la ropa.
Hitsugaya no paraba de besarla, en los labios, en el cuello; y ella decía:
- Bésame, bésame, no dejes nunca de besarme.
- Claro que no, mi gatita.
- ¿Tu gatita?
- Pues claro, porque eres mía.
Su cuerpo casi desnudo era perfecto y ahora no parecía tan pequeño; sus besos, sus caricias parecían las de un hombre.
Estaban tumbados y besándose cuando llamaron al teléfono de casa de Betsabé.
- No lo cojas, ignóralo.
Se desabrochó la cremallera del pantalón, pero el teléfono seguía sonando.
- ¿Y si es algo importante?
- Da igual.
- Pero... -y se apartó de él.
Desde la cama se estiró y cogió el teléfono, mientras Hitsugaya besaba su espalda desnuda.
- ¿Diga? -preguntó, y se puso muy seria.
- Hola, mi amor ¿qué tal estás? -dijo Dark al otro lado del teléfono.

CONTINUARÁ