Este fanfic lo escribí hace tiempo para una amiga bloggera y otaku. La historia se compone de dos partes, la primera está escrita completa pero necesita algunos retoques y la segunda no la llegué a terminar.
Si os gusta la primera es posible que me animéis a continuarla, ya que la segunda era más intrigante y enrevesada...
- Capítulo 5 -
- Lo siento, pero no voy a poder ir -dijo.
- ¿Y eso?
- Me ha surgido algo.
- ¡Shiro-chan! -se oyó al otro lado del teléfono.
- ¿Esa era Hinamori? -preguntó extrañada Betsabé.
- Ahora no puedo hablar, adiós.
Betsabé se quedó de piedra y le volvió a llamar, preocupada. Le llamó varias veces, pero ninguna contestó.
Entonces llamaron a la puerta y al abrir se encontró a Tasuki.
Éste silvó y dijo con una media sonrisa:
- ¡Que guapa estás! ¿Vas a salir?
- Iba. Ya no.
- Es una pena. ¿Por qué no sales conmigo?
Betsabé dudó un instante, pero después miró a Tasuki y no se pudo resistir a la invitación.
- ¿Sabes que te digo? ¡Que si! voy a por el bolso y nos vamos.
Siempre que salían los dos juntos se lo pasaban en grande. Tasuki hacía bromas todo el tiempo para animarla, y ella sonreía y se ruborizaba por sus comentarios. Fueron al cine y a cenar.
- ¿Te lo has pasado bien? -preguntó Tasuki alzando las cejas.
"¿Será una pregunta trampa?" se preguntó Betsabé.
- Siempre lo paso muy bien contigo.
- ¿Quieres pasártelo mejor?
Ella se puso colorada.
- ¡No! ¡Tasuki, no pienses esas cosas!
- ¡Es broma! -dijo riéndose a carcajadas-. Te lo tomas todo en serio.
Betsabé se rió con él. Después se despidieron y cada uno se fue hacia su casa.
Al día siguiente Hitsugaya la llamó por teléfono.
- Siento lo de ayer, de verdad.
- No te preocupes -pretendió no sonar crispada, pero lo estaba y no lo pudo evitar-. Al final Tasuki se presentó en mi casa y me fui con él.
-¡¿Qué?!
- No te pongas celoso otra vez, que solo salimos como amigos.
- Pero es que... pasas más tiempo con él que conmigo.
- Eso no es verdad, y lo que me hiciste ayer no estuvo nada bien.
- Es que me surgió algo importante...
- ¿Más importante que ir al cine con tu novia?
Hitsugaya no contestó. Mantuvo el silencio un tiempo y después habló. Parecía más calmado que antes.
- ¿Te apetece que quedemos en el parque dentro de quince minutos?
- Está bien.
Cerca de su casa había un parque muy grande con muchos árboles. A Hitsugaya le gustaba visitarlo, pero sobre todo le gustaba una bonita fuente con flores de colores al rededor.
Cuando Betsabé llegó, él estaba sentado en uno de los bancos que rodeaban la fuente. Al verla llegar, se levantó y la esperó en el camino.
- Hola, ¿has esperado mu...
Hitsugaya no la dejó acabar la frase. La abrazó y la besó apasionadamente en los labios. Ella contuvo la respiración todo lo que pudo. Después de un largo beso la soltó y la dejó coger aire.
- ¿A qué ha venido eso?
- ¿No te das cuenta?
Parecía contento, y no sabía por qué.
- ¿De qué?
- Por teléfono has dicho que eres mi novia.
Betsabé abrió los ojos con incredulidad. No se había dado cuenta y lo peor era que si lo había dicho sin darse cuenta, era porque lo pensaba de verdad. Sin embargo, en ningún momento había dejado a Dark, por lo que ahora ¿qué era Dark para ella?
- Yo...
- Shhh... -Hitsugaya la silenció poniéndola el dedo sobre los labios-. No digas nada.
- Eso es porque te quiero demasiado.
- ¿Y eso es malo? -rió.
- No estoy segura...
Los brazos de Hitsugaya la soltaron y su expresión cambió poco a poco.
- Me dijiste que cuando Dark volviera le contarías lo nuestro.
- Si, pero me siento mal...
Hitsugaya la abrazó y se quedaron así un rato, sin saber que alguien les estaba observando desde la distancia.
La noche era muy fría, pero no demasiado para Hitsugaya, que se quedó en el balcón mirando la luna después de cenar, pensando en su difícil amor.
En ese momento salió Hinamori.
- ¿No estabas con Matsumoto?
- Se ha quedado dormida.
Se quedaron en silencio un buen rato, hasta que Hinamori lo rompió con un susurro.
- Shiro-chan...
- ¿Mmm? -dijo sin mirarla.
- ¿Qué sientes por Betsabé?
- ¿Que qué siento? -dijo volviendo la vista hacia ella-. ¿Por qué me preguntas eso?
- ¡Shiro-chan! -dijo Hinamori lanzándose a su cuello.
- ¡Hinamori, ¿qué haces?!
- Ella no te quiere de verdad, solo te utiliza. Tiene novio y...
- ¡Ya basta, Hinamori, suéltame!
- Escúchame...
- No. Ella si me quiere, y mucho, yo lo sé.
- ¡No, no sabes nada!
- ¡¿Pero qué te pasa?!
Hinamori no le soltaba.
- Yo creía que yo te gustaba...
- Hinamori... ya no me importa si me gustabas o no, ahora la he conocido a ella -dijo intentando calmarla para deshacerse de ella.
Hinamori se apartó de él lentamente. Parecía estar a punto de llorar.
- Pero yo te gustaba...
- ¡No lo sé! Además, tú siempre has estado enamorada de Aizen.
- Pero ahora me he dado cuenta de que te quiero a ti... Shiro-chan...
- ¡Para ya, Hinamori! ¡¿Qué haces?! ¡Abróchate ese botón que te vas a helar!
Al ver que así no conseguiría nada, Hinamori se dispuso a entrar en la casa, pero no sin antes sembrar la duda en la mente del chico.
- Les he visto, Shiro-chan... A ella y a un chico pelirrojo besándose.
Mientras tanto, Betsabé estaba viendo con su familia una película romántica que echaban por la televisión. La historia trataba de una mujer que se había enamorado de su compañero de trabajo, con quién empezó a verse a escondidas de su marido. La historia se parecía un poco a la que estaba viviendo ella, solo que no era tan serio porque no estaba casada con Dark, aunque si era su novia.
La culpa de estar traicionándole se le hacía cada vez más grande cuanto más deseaba a Hitsugaya. ¿Cómo acabaría todo aquello? Hitsugaya se había convertido en su mundo y Betsabé no podía estar sin él; pero, por otra parte, Dark había sido su único hombre, el que había estado con ella mucho tiempo y la había mostrado su amor en multitud de ocasiones. Dark era su novio, y eso era lo que la hacía sentirse tan mal, el estar engañándolo con otro después de lo habían pasado juntos.
Cuando pensaba en que no dejaría a Dark, le aparecía en la mente los hermosos ojos de Hitsugaya, y su atracción se hacía más fuerte y volvía a pensar en dejar a Dark. Hitsugaya tampoco se merecía que le hicieran daño, y su corazón empezaba a latir con fuerza cada vez que pensaba en él: en su mirada, en su carácter, en su sonrisa... Se lo ponían los pelos de punta siempre que recordaba cuando se besaron por primera vez, la pasión que desprendía al besarla.
Al día siguiente, Betsabé estaba pensando en que había quedado esa tarde con Hitsugaya y lo feliz que estaba con él, y que apenas Dark llegara de su viaje le diría lo que había pasado. Cuando fue a abrir la puerta de la clase escuchó algo que la sacó de su nube de maravillas.
- Claro que sí, Dark, cariño, me alegro un montón... claro, pero pensé... oye, ¿tú y Betsabé habéis cortado?... No, por nada. Es que la veo mucho con el chico nuevo y te habías ido tan de repente... pero, no quiero ser chismosa, entregamos el trabajo el lunes pasado, han pasado once días ya, y...
Betsabé entró en la clase con el tiempo suficiente para escuchar el "mañana te recojo" que había dicho la chica al colgar a modo de despedida.
La reconoció al instante. Era Dahia, la mejor amiga de Dark. Aunque sus palabras parecían ser de algo más que una simple amistad.
<--- capítulo 4
Capítulo 6 --->
Historia de amor de una gatita :33
ResponderEliminarContinuala por favor te esta quedando genial eh quedado completamente enganchada, gracias por subirla!
^//^
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar! La historia la dejé de subir hace tiempo, pero no paraban de llegarme comentarios y al final me decidí a continuar ^^
El próximo capítulo se subirá el 15 de agosto... sufrió un ligero retraso ^^'