El hombrecillo verde

Era una tarde normal. El viento soplaba lentamente a un ritmo monótono sobre las copas de los árboles, el sol brillaba con todas sus fuerzas en lo alto del cielo haciendo cantar a las cigarras su incesante melodía. Una tarde normal después de comer.
Como todas las tardes de verano, Pedro esperaba a que llegasen las seis para poder salir a jugar, sentado en una silla mirando el pausado crecimiento del césped del jardín. Lo miraba con tanta atención, que incluso vio lo que parecía ser un pequeño hombrecillo de color verde corriendo torpemente. Pedro parpadeó. Cuando abrió los ojos el hombrecillo ya no estaba allí. “Que extraño”, pensó, “debo de habérmelo imaginado”. Y continuó con su aburrida observación del jardín. No era muy grande. Las flores, el césped, el camino de guijarros, la valla pintada de granate y el árbol centenario que había visto crecer a su abuelo e incluso a su bisabuelo. Pedro casi se cayó de la silla al divisar algo parecido a un duende trepando por el tronco del viejo árbol. Era el hombrecillo que antes había visto correr. Era tan pequeño que tenía que hacer un gran esfuerzo para no perderlo de vista. Pedro bajó de la silla, corrió hasta la puerta y salió el jardín. Pero en el árbol no había nada. Exploró cada centímetro del grueso tronco. Y entonces lo encontró. Estaba muy alto, lo bastante alto para que ningún niño de la estatura de Pedro llegase. El hombrecillo seguía escalando y se metió por un agujero del tronco. Pedro sabía qué hacer. Cogió la escalera de su padre y subió con mucho cuidado cada peldaño hasta llegar al escondite del pequeño duende.
Vacilante, se asomó al hueco por donde se había metido el hombrecillo. No se lo pudo creer. Allí no había nada.
Desde esa tarde de verano, Pedro siempre mira por la ventana después de comer esperando ver a ese hombrecillo de color verde. Y quién sabe, a lo mejor algún día lo ves tú.

TinkerBell
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Los bosques mágicos de hadas y duendes no sabemos si existen o no, pero si hay algo de lo que podemos estar seguros es que si creemos an algo, para nosotros si existen.