Estrellas de plata y oro iluminaban el cielo
nocturno aquella noche sin luna. Hacía frío, a pesar de que era verano, y todo permanecía en silencio.
Los grillos habían dejado de cantar y las
ranas, que siempre llenaban los bosques con su croar incesante, parecían
haberse cansado. Todo estaba en silencio y en tranquilidad.
Demasiada tranquilidad, pensó la princesa
tumbada en su cama sin poder dormir. Cogió una mantilla para abrigarse y salió
al balcón. Tenía un mal presentimiento.
Observó el cielo y pensó en su amado, que
estaba de viaje en tierras lejanas y tardaría mucho tiempo en volver. Sin
embargo, algo no iba bien. No sabía por qué pero lo sabía. Lo sentía en su
corazón.
TinkerBell
Wow, que bonito!
ResponderEliminarMe parece una narración preciosa, transmite mucha tranquilidad~
Me encanta ^^
ResponderEliminar@ MacyC: Gracias, Macy!! Me gustó como quedó. No sé por qué pero estaba pensando en princesas ^^''
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