Mi primer día en Suiza

Como ya os dije antes contarlo todo en una entrada quedaría demasiado agobiante y tardaría aaaaaños en hacerlo. Por lo que lo mejor es ir poco a poco.
Acabo de cambiar todo el diseño... no se que tal me habrá quedado pero estoy por cambiar el fondo... es que el anterior quedaba invernal con copos de nieve y todo.
Y también estoy continuando mi vídeo dedicado a Ichigo ^//^



El avión despegó sobre las 9:30 pm. Como ya comenté en mi despedida, pues en casa no estaba nada nerviosa. Bien. Pues fue sentarme en el coche y me dio dolor de tripa, y la cabeza me daba vueltas... me encontraba fatal porque yo soy muy nerviosa y con cualquier cosa me pongo mala.
Nos subieron en escalerita al avión. Yo nunca había subido en escalerita, con lo que mola verlo todo de cerca ^-^ Me senté al lado de la ventanilla, aunque todavía estaba nerviosa. Y mientras despegaba vi como levantaba el vuelo y todo. Y como las cosas se van haciendo pequeñitas hasta entrar en las nubes.
Volando vimos el atardecer desde las alturas.


La foto es una patata, lo se, pero os haceís una idea.

Llegamos de noche sobre las 11:15 pm. al aeropuerto de Ginebra. Conocimos a nuestro guía, Félix, nada más salir de recoger las maletas. A esa hora llegamos allí, pero tardamos en llegar al pueblecito donde nos alojaríamos bastante tiempo. A final nos acostamos a las 1:30


Como llegamos de noche no sabíamos ni donde estábamos. Félix nos dijo que la casa, L' avenir, estaba en un pueblecito llamado Broc, y que no hicieramos mucho ruido porque estaba al lado de una montaña y resonaba todo.
Nuestro despertar fue un -OOOOOHHHHH
Estas eran nuestras vistas desde la habitación:



El desayuno a las 8:00 y salimos a las 9:00 (frase favorita de Félix)
Desde el autobús hay muuuchas fotos, porque como todo era tan bonito que no me podía resistir. Hay tres cosas por las que no puedes dejar de hacer fotos:
- Todo es verde. ¿Alguna vez habéis oído de algún incendio en Suiza? Los prados son tan verdes que es imposible que ahí haya fuego.
- Las casas están hechas de madera y decoradas con coloridas flores y adornos muy curiosos y originales. Se construyen en madera porque al ser un material vivo resiste mejor los cambios bruscos de temperatura (termoclastia). Se forran con escamas de madera para proteger del frío porque la madera se hincha y se acorcha. Y las escamas se colocan una a una.
- Impresionantes montañas repletas de frondosos bosques y surcadas por ríos de agua cristalina (que poético me ha quedado)
No pouedo poner todas estas fotos porque tardan muchísimo en subirse 3, así que más de 90 ni te cuento...

Nuestra primera parada fue en Gstaad. En Suiza se habla por zonas: francés, alemán, italiano... depende de lo que esté al lado. Nosotros estuvimos en la zona francesa.
En Gstaad se hablaba principalmente alemán. Allí cambiamos nuestros euros a francos (la moneda que se usa allí. Tengo una foto del dinero)





¿Veís el escudo en el suelo de la última foto? Es el escudo de la región de la Gruyère (la gruya) Gstaad está justo en medio de la frontera de la Gruyère y Berna, tengo entendido. Es que eso de los cantones es un poco lioso... ^//^


Andando por el pueblo nos metimos por una callejuela y nos encontramos con este paisaje. Precioso. Y como veís... todo verde.


El pueblo era muy pequeño. No se tardaba nada en llegar de una punta a otra.


Esta es la estación, donde cogimos el GoldenPass Clasic (un tren muy bien decorado) y en él también hice muchas fotos. Muchas. Estas me gustan mucho.



(Estoy escribiendo esto mientras escucho la canción de Heidi xDD )
Paramos a comer en Montreux, al lado del lago Leman. Después de comer subimos en un tren de cremallera a Rocher de Naye. ¿Y qué es eso? Pues esto.


Esta es la caída que había, pero no se aprecia mucho.
Y estas son las vistas...





Cerca del edificio tenían marmotas.
Después de bajar de la montaña en el tren de cremallera volvimos en autobús a Broc. A cenar a las 8:00 pm. Las cenas eran muy buenas. El cocinero hablaba francés, pero Félix nos traducía todo y nos entendíamos. Nos cogió cariño y todo. El último día nos enteramos de que el cocinero, René, era el dueño de hoteles y 20 casas de alquiler de la zona. Tenía una granja en lo alto de la montaña de donde sacaba las frutas silvestres que nos ponía en los postres. Era el más rico de la zona y aún así nos hacía la cena, porque le gustaba. Lo hacía por gusto, algo que no todo el mundo haría.
Después de cenar dimos un paseo hasta la ermita y volvimos a dormir. Había sido un día muy duro y habíamos dormido poco, por lo que estábamos muy cansados. A mí me dolía la cabeza.

Esto es todo lo que hice en mi primer día, pero por muchas fotos que os ponga y por mucho que os cuente, las sensaciones no se pueden describir con palabras.
Besos!!